Una fortaleza arraigada en los Vosgos
Perchado en las alturas de la comuna de Haegen, en el Bajo Rin, el castillo de Grand-Geroldseck encarna la arquitectura medieval en toda su esplendor. Clasificado como monumento histórico desde 1898, este sitio cargado de historia ofrece a los visitantes una mirada única sobre las fortalezas del macizo vosgiano. Sus ruinas, testigos de un pasado rico, se extienden sobre una plataforma que mezcla hábilmente habitat señorial y estrategia defensiva.
Para acceder a este joya histórica, basta con unirse a Saverne, y luego seguir la D171 hasta el aparcamiento del Haut-Barr. Desde allí, un sendero señalizado con la cruz de San Andrés roja guía a los curiosos hasta el sitio.
Una historia marcada por el poder de los Geroldseck
Fundado a principios del siglo XII, el castillo es obra de los señores de Geroldseck, abades de la abadía de Marmoutier. Estos señores influyentes construyeron esta fortaleza para proteger los vastos territorios de la abadía. A lo largo de los siglos, el castillo sufrió varias remodelaciones notables, entre el siglo XIII y el siglo XV, para cumplir con las exigencias militares y residenciales de la época.
En 1285, Alice de Louppy-le-Château, esposa de Waleran de Geroldseck, es mencionada en los relatos del trovador Jacques Bretel, relatando las famosas fiestas de torneo de Chauvency. Waleran encontró la muerte unos años más tarde, en 1289, en la Selva Negra, durante un episodio trágico compartido con Emich de Linange.
Una arquitectura robusta e ingeniosa
Entre los vestigios aún visibles, el donjon cuadrado se distingue por sus impresionantes muros, gruesos de tres metros, y su mampostería de piedras con saledizo. Esta torre maestra, erigida alrededor del año 1200, simboliza la ingeniosidad de los constructores medievales.
Las bodegas del gran alojamiento señorial y los restos de la barbacana también atestiguan la doble función del castillo: ofrecer un hogar cómodo a sus ocupantes mientras aseguraban una protección efectiva contra los asaltantes.
Un testimonio inestimable del patrimonio vosgiano
El castillo de Grand-Geroldseck sigue siendo un destino incontournable para los apasionados de la historia y los amantes del senderismo. Sus ruinas invitan a una exploración inmersiva en el corazón de los Vosgos, donde cada piedra parece susurrar relatos de antaño. Este sitio, que ha atravesado los siglos, continúa fascinando por su belleza cruda y su papel crucial en la historia regional.
Al visitar el Grand-Geroldseck, uno se sumerge en el legado de una época donde los castillos fuertes dominaban los paisajes, encarnando al mismo tiempo el poder y la vulnerabilidad de sus ocupantes.